Tema 5. La Educación Especial tradicional:
el modelo Deficitario
5.1. Los orígenes de la medición de la inteligencia
y la euforia categorizadora.
Referencia:
Comentario:
Los test de inteligencia se
convirtieron en etiquetadores de
personas. De ahí surgía la idea de
Galton, fundador de la psicometría moderna, de que casi todo lo que podía medir
tenía carácter hereditario (innatismo).
De hecho, los primeros trabajos
de psicometría se pensaron para medir la inteligencia, y durante el siglo XX la
Psicología empírica se ha relacionado con el concepto de cociente intelectual y
por los instrumentos de medición de este concepto (test de inteligencia). Así, el papel fundamental de esta forma de pensar
sobre inteligencia heredada y utilización de test para su medición, han servido
para justificar de manera científica el orden social impuesto por el
capitalismo, principalmente en Estados Unidos, desde en los años 20 contra la
población inmigrante, hasta los 60 y 70 con tintes raciales.
5.2. Origen de la institucionalización especializada
por déficits: nacimiento de los colegios especiales.
Referencia:
Comentario:
A lo largo del siglo XIX se
crean escuelas especiales para ciegos y sordos, y a finales de siglo se
comienza la atención a deficientes mentales en instituciones creadas para
ello. En esta era de la
institucionalización las figuras principales son: Philippe Pinel, Esquirol, Seguin, Itard y
Voisin, de los que ya se referenció en el punto 2.2 “Precursores de la
Educación Especial” y cuyas aportaciones sobre la educabilidad de los
deficientes mentales desarrollará posteriormente por otros autores provenientes
de la psicología y la pedagogía hasta finales del siglo XIX, abriéndose nuevas
perspectivas sociales, médicas y pedagógicas.
En Europa, durante el siglo XX
se entra en una nueva etapa basada en el tratamiento educativo especializado de
los deficientes que adopta formas de escolarización especializadas e
institucionalizadas.
En España, a finales de los años
40 comienzan a surgir las primeras escuelas diferenciales, creadas por
médicos. Más tarde se incrementa el
número de escuelas, diferenciándolas en función de las diferentes etiologías,
separadas de las escuelas normales, y con contenidos, técnicas y
especializaciones diferentes a aquellas.
5.3. La influencia médica y psicológica como modelo
de intervención educativa.
Referencia:
Comentario:
Como recogen los modelos
ecológicos del desarrollo humano, hay que tener presente la necesidad de
realizar apoyos funcionales, sociales, políticos y culturales, de los sujetos
sobre los que se realiza la intervención, pero sin olvidar las atenciones a sus
necesidades como persona con discapacidad, lo cual se relaciona con la acción
más médica y psicológica.
5.4. El curriculum de Educación Especial y los
Programas Individuales como modelo asistencial-educativo.
Referencia:
·
Ministerio de Educación y Ciencias (1996) Alumnos
con Necesidades Educativas Centro de Publicaciones. Secretaría General Técnica.
Comentario:
El PEI es un programa de enriquecimiento
instrumental cuyo objetivos son corregir funciones deficientes, enriquecer el
vocabulario, aumentar la competencia (automatizando procesos mentales),
aumentar la motivación intrínseca (mediante la variedad de tareas, contenido y
éxito), control y hacer al sujeto activo (no mero receptor). En él recogen 7 parámetros: contenido,
modalidad del lenguaje, operaciones mentales, fases del acto mental, nivel de
complejidad, nivel e abstracción y nivel de eficacia.
5.5. La crisis del
modelo explicativo de déficit y el origen del concepto de necesidades
educativas especiales.
Referencia:
·
Marchesi, A., Coll, C. y Palacios, J. (comps.):
“Desarrollo psicológico y educación” vol. 3: Necesidades educativas especiales
y aprendizaje escolar. Madrid: Alianza, 1990.
·
E. González García. Evolución de la Educación
Especial: del modelo del déficit al modelo de la Escuela Inclusiva. Universidad
de Granada.
Comentario:
El modelo de
conceptualizar la deficiencia como “déficit” se centra fundamentalmente en el
trastorno o hándicap, que además es considerado innato y estable a lo largo de
toda la vida de la persona. Por tanto,
las posibilidades de intervención se consideran mínimas, pero en los últimos
años, se ha producido un cambio en esta conceptualización debido a diferentes
aspectos que han ayudado a crear un nuevo modelo en el que se considera una
intervención más positiva, en la que se considera al alumno con necesidades
educativas especiales una persona que, por cualquier causa, tiene dificultades
mayores que el resto de sus compañeros para poder acceder a los aprendizajes
que se determina en el currículo escolar.
De manera que se necesita compensar las dificultades que presenta.
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