Tema 8. Ideología, diversidad y cultura.
8.1. La naturaleza humana y el sentido de lo humano.
Referencia:
·
Sánchez Manzano, E. (1991). Introducción a la Educación Especial.
(pp. 51) Madrid. Editorial Complutense.
Comentario:
Como se recoge de Maturana, el vacío existencial del hombre no depende
de lo económico, sino que es de naturaleza espiritual, lo cual se relaciona con
el sentido que cada uno le da a su propia existencia y vida.
Él habla de la armonía biológica natural que es “otra forma de hablar de la armonía de la existencia en el Reino de Dios”,
y que quizás no se vea favorecida por las distintas políticas que tendrían de
ayudar a conseguir una armonía social.
Por otra parte, el modelo humanista, que también aparece dentro de la
Educación Especial y se relaciona con el sentido de lo humano, entre cuyos
representantes se encuentran Maslow y Rogers, está basado en la filosofía
fenomenológica y existencial, dando importancia a los procesos conscientes,
sentimientos y actitudes de la persona hacia sí y hacia los demás. Consiste en una conciencia reflexiva que se
compone de identidad, voluntad, autorrealización, etc.
8.2. La sociedad
actual: algunas claves para su comprensión.
8.3. Cultura y diversidad: la tolerancia de la
diversidad
Referencia:
·
López Melero, M. La cultura de la diversidad o el
elogio de la diferencia y la lucha contra las desigualdades. En Sipán Compañé,
A. (Coord.), Educar para la diversidad en el siglo XXI. Mira Editores, S.A.:
Zaragoza, 2001, pp. 31-65
Comentario:
En España, según los datos que
nos llegan desde todos los medios de comunicación y desde medios oficiales como
el Ministerio de Educación, el número de alumnos de origen inmigrante ha aumentado
exponencialmente en los últimos años, lo que plantea que toda esa diversidad
cultural está cambiando el panorama educativa de las instituciones
escolares. Por tanto, la atención a la
diversidad cultural supone fortalecer la equidad e igualdad en el sistema
educativo de nuestro país, lo cual necesita del esfuerzo de toda la comunidad
educativa para poder garantizar la cohesión social y la solidaridad, y así dar
respuesta a la necesaria mejora de la convivencia tanto educativa como social.
La educación planteada desde
esta perspectiva necesita fomentar desde la misma aula donde se encuentran los
alumnos y alumnas la interacción entre las diferentes culturas, para prevenir
el racismo y la xenofobia, y a su vez para favorecer la convivencia basada en
el respeto a la diferencia cultural y el valor de lo diferente.
8.4. ¿Quiénes son los excluidos? Mecanismos y
procesos de exclusión social
Referencia:
·
La Parra Casado, D. “Procesos de exclusión social: redes que dan protección e inclusiones
desiguales”. Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. 35
(2002). pp. 55-65
Comentario:
Se puede hacer una diferenciación
entre los aspectos esenciales a nivel individual y los correspondientes al
nivel social. En el primero, la única
manera de garantizar que todas las personas puedan satisfacer sus necesidades,
independientemente de su cultura y personalidad, es que tengan un grado de
autonomía suficiente para poder satisfacer esas necesidades. Esta autonomía se compondría de la capacidad
de la persona de tomar decisiones informadas (educación), tener capacidad física
y emocional para llevar a cabo las acciones que necesite (salud), poseer medios
económicos para intercambiar por bienes que necesite y no estar bajo amenazas o
violencia que haga modificar sus decisiones o las condicione.
En cuanto al nivel social, en él
influiría la evolución de la economía en todos sus niveles, las políticas
sociales, las guerras, el cambio de las estructuras de parentesco y los
sistemas jerárquicos.
Por tanto, los excluidos
socialmente son aquellos a los que se les niega el acceso a uno de estos
aspectos, por la causa que sea.
8.5. ¿Quiénes son los incluidos? El significado y
los mecanismos de inclusión social.
Referencia:
Comentario:
La educación es un mecanismo
necesario e indispensable para conseguir la inclusión social, empezando por los
más jóvenes; ya que con ella se forman las nuevas generaciones y tienen la
posibilidad de encajar en una sociedad mediante el empleo. Es por eso que la educación ha de ser libre y
gratuita para alcanzar a todos los sectores sociales, y que estos puedan
acceder a ella.
8.6. La sociedad del siglo XXI: Una nueva cultura
para una nueva civilización.
Referencia:
Comentario:
En el artículo se recogen 10
características de pertenecen, a ojos del autor, a la sociedad del futuro. Y son los siguientes:
Una sociedad
multicultural, envejecida, informada, de ocio, doméstica, autónoma, interdependiente,
con un desarrollo sostenible, compleja y de riesgo.
Las consecuencias pedagógicas en
que derivan estas características serían:
Conseguir una
educación que permita la convivencia entre diferentes culturas, enfocada como
aprendizaje a lo largo de toda la vida, que utilice todo el potencial que
permiten las nuevas tecnologías, que sobrepase el aula, con más implicación de
las familias, que forme en la autonomía y la responsabilidad personal,
universalista, que rescate la importancia del largo plazo, que potencie el
pensamiento crítico, creativo y solidario.
8.7. La construcción de Comunidades educativas
diversas.
Referencia:
Comentario:
Las Comunidades de Aprendizaje
no dejan de ser una alternativa a la organización y el funcionamiento de las
instituciones educativas. En cada una de
ellas se respeta el principio de diversidad y especificidad de cada contexto y
grupo. Esta forma de organización y
funcionamiento está muy alejado de lo que habitualmente encontramos en los
sistemas educativos actuales. En estas
comunidades todos sus miembros están comprometidos con las construcción y
adquisición de los nuevos conocimientos y habilidades, de ahí que representen multitud
de diferentes focos de interés al deberse estos a los intereses de cada
comunidad.
8.8. El derecho a la ciudadanía: una sociedad de
todos y para todos, pero con todas y todos.
Referencia:
Comentario:
Este
interesante artículo del primer enclace nos habla de la ciudadanía a través de
otro término que puede considerarse la puerta de aquella, la apatridia, que Hannah
Arendt acuñó y denomina como el derecho a la nacionalidad. Es carecer del “derecho a tener derechos”, ya
que sin una ciudadanía o nacionalidad se priva a la persona de sus derechos
fundamentales y, lo que es aún peor, del derecho a permanecer en un lugar donde
nuestras opiniones cuenten y nuestras acciones tengan valor.
Se
mencionan 3 principios de acogimiento que van más allá de la idea de
nacionalidad en virtud del lugar de nacimiento: principio de elección, principio
de sometimiento (integración) y principio de inclusión social, este último el más
deseable y en el que realmente todos y todas tendríamos cabida dentro de la
sociedad.
En cuanto a los
derechos de los ciudadanos, la ciudadanía europea se define en los artículos 20
al 24 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, y también en el Título
V de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE: libre circulación y
residencia, la no discriminación por razón de nacionalidad, el sufragio en las
elecciones municipales y al Parlamento Europeo, o el derecho a organizar y
apoyar una iniciativa popular, entre otros.
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